Kebemer


Acompañados por alguna mosca viajera pegada a nuestras espaldas tiramos la mar de bien con la brisa matutina.Ya a las 11 la cosa cambia, parece que vamos en camello a meternos en la boca del dragón, su aliento nos reseca y a esto hay que sumarle que circulamos por la «carretera de la muerte» donde vemos más bichos muertos que vivos.
Tras un impás de dos días para acompañar a Reyes a Dakar ya que se le acababan las vacaciones antes, Gisela y yo continuamos dirección Lompoul, San Louis.

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