La verdad que eramos mucha gente y con mucha hambre, pero todo estaba preparado, las estufas estaban fuera de los gers todas bien alineadas y encendidas, mientras los ancianos rezaban (aquí son musulmanes) a los pies de un bello caballo blanco, todo era un ritual que llevaría repitiéndose siglos, desde los tiempos de Genghis Khan, como veis en la foto aquel caballo (que no fue el único) y cientos de corderos más acabaron en las cazuelas…